Una de las principales razones por las que mandamos a nuestros hijos a estudiar un Año Académico en Estados Unidos es porque sabemos que hoy en día es imprescindible ser bilingües en inglés.
Por supuesto que sí, que volverán bilingües y que ese logro los hará, en un futuro cercano, mucho más válidos en el ámbito laboral. Pero estudiar un año en U.S.A. es mucho más que eso.
Los estudiantes que realizan este tipo de programas experimentan una evolución muy importante en su crecimiento personal. Desarrollan una madurez, una seguridad en sí mismos y una capacidad para afrontar responsabilidades de una forma excepcional.
El hecho de convivir en un ambiente multicultural y multirracial les hace adquirir unos valores como la tolerancia, el compañerismo y la capacidad de integrarse en equipos de trabajo multidisciplinar. Sabemos que este tipo de valores son imprescindibles si queremos ser competentes en la vida laboral en el mundo globalizado en el que vivimos.
Por otra parte, el tener la oportunidad de conocer un sistema educativo tan distinto al español les hace aprender otra forma de estudiar, más práctica y madura. El sistema de elección de asignaturas optativas y la variedad de opciones académicas, incluso en diferentes niveles de dificultad, hace al sistema americano mucho más enfocado en los gustos y aptitudes personales de cada estudiante. Los proyectos en grupo, los trabajos prácticos y la participación activa en clase son tan importantes como las notas de los exámenes.
Los cursos de 4º de la ESO y 1º de Bachillerato suelen ser los más populares para realizar en Estados Unidos si solo quieres cursar un año. Aunque también puedes hacer 2º de Bachillerato o el bachillerato completo.
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